¿Cómo lograr que un quiebre se convierta en una gran oportunidad?Mi propia historia
Hace algunos años, después de divorciarme del padre de mis dos hijas, a quien quiero y respeto mucho, descubrí que ese profundo proceso traía consigo una gran oportunidad: la de crecer y cambiar. La posibilidad de empezar de nuevo en muchos aspectos. Fue un quiebre que me hizo replantear mi manera de vivir día a día, ciertamente, porque mi rutina había cambiado, pero también me hizo hacerme preguntas que no me había hecho antes: ¿Qué vine a hacer a este mundo? ¿Cómo sé cuál es mi verdadera pasión y qué puedo hacer con ella?
Cuando hablo de quiebre, me refiero a un suceso que altera el ritmo normal de las cosas. Algo se rompe y esto puede ser declarado ( yo elijo que algo cambie) o sorpresivo (algo cambia inesperadamente). En mi caso fue declarado, conscientemente alteré el modo de fluir de las cosas para generar un cambio.
Siempre fui una buscadora incansable, curiosa, inquieta, en constante movimiento. Me movía mucho pero con poca consciencia: no sabía bien qué quería y qué no. Pero en ese momento, sin profundizar demasiado, parecía ser que todo marchaba bien.
Los quiebres pueden ser declarados( yo elijo que algo cambie) o sorpresivos (algo cambia de forma inesperada)
Durante el largo proceso que condujo a mi separación me sentí triste, sin fuerzas, insatisfecha. Toda esa incomodidad me llevó a indagar más en mí. Y cuando ya estaba lista, una conversación con mi mamá me dió el empujón para cambiar el rumbo en mi vida profesional que era un área que necesitaba revisión. Ella me ayudó a darme cuenta de que quería involucrar mi sensibilidad en el vínculo humano en mi trabajo diario.
De adentro hacia afuera
Durante más de una década, trabajé en dirección de marketing con marcas de moda internacionales, pero ya no me encontraba ahí. Quería hacer algo más. Recuperé la curiosidad y surgieron las ganas de redescubrirme. Comprendí que mi misión, desde mi lugar y mientras pueda, sería ayudar a quien lo necesite.
Mi interés por el coaching surgió a partir de sesiones que tomé y me ayudaron mucho en todo mi proceso de cambio. Así fue que, tiempo después, me formé como Life Coach.
No tenía claro que buscaba cuando inicié mis estudios, pero el recorrido me ayudó a entender que soy la verdadera protagonista de mi vida, que soy quien decide cómo quiere ser y estar. Encontré una base libre de prejuicios desde la cual mirar a mi alrededor.
Te invito a conocerte, a cuestionarte, a navegar en tus emociones, dejar atrás las creencias que te limitan en este momento, que forman parte de tu pasado, plantearte objetivos, trabajar en tí para quererte tanto como para que esa luz que tienes se refleje en cada persona que te conoce. Cuestiónate cosas como:
• ¿Qué cosas te motivan?
• ¿En qué cosas te destacas de manera natural?
• ¿De todo lo que hacés en tu día, qué disfrutas y que no?
Cuando tengas estas respuestas intenta encaminar tus actividades hacia donde te sientas mejor. No tengas miedo de ir tras lo que sientes. Vinimos a la vida a ser felices.